¿Por qué volver a la renta antigua perjudicaría al mercado del alquiler?

Más Madrid, a través del grupo parlamentario de Sumar, presentó el pasado lunes 17 de febrero una iniciativa legislativa en el Congreso de los Diputados, que extenderán también al Senado y a la Asamblea de Madrid, para reformar la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) para que los contratos de alquiler residencial tengan una duración indefinida.

La formación defiende que con esta reforma se aportaría “estabilidad”, “seguridad residencial” y “certidumbre” a los inquilinos, apoyándose en un informe de la European Real Estate Society (ERES) de 2018, que defiende que así se ofrecería a los arrendatarios condiciones de vida seguras y a los propietarios ingresos estables por el alquiler.

La propuesta permitiría actualizar la renta de los contratos de forma anual, pero evitaría las subidas de precios que se producen al finalizar su periodo de vigencia. Además, los propietarios podrían recuperar la vivienda en caso de que la necesitarán para el uso personal o para el de algún familiar.

Este cambio no es del todo nuevo en nuestro país. Actualmente, los contratos de arrendamiento tienen una duración de cinco años si el arrendatario es un particular y de siete años si se trata de una empresa. Sin embargo, entre 1964 y 1985 ya existió en España una figura parecida a esta, la conocida como renta antigua. No solo en nuestro país: muchos países de nuestro entorno, como Dinamarca, Alemania, Austria o Suecia, también cuentan con una modalidad de contrato similar.

Sin embargo, la prórroga forzosa de los contratos se eliminó en su día precisamente para estimular la construcción de viviendas destinadas al alquiler y para fomentar la creación de oferta. Alquiler Seguro considera que volver a un régimen franquista de los alquileres ya superado solo acarreará mayores desigualdades entre los inquilinos, dificultando todavía más el acceso a una vivienda para todos aquellos que no encuentren nunca un contrato de arrendamiento.

Este tipo de medidas provocan la retirada de la oferta del mercado y, sobre todo, la pérdida de valor de las propiedades. Además, apostar por los contratos indefinidos terminaría estimulando la proliferación del mercado negro, y supondría un retroceso en la búsqueda de soluciones al problema de la vivienda en España.

 El principal problema al que se enfrenta el mercado del alquiler en España es a la escasez de oferta. En este sentido, medidas como esta no contribuyen a mejorar esta situación, sino todo lo contrario. La solución pasa indudablemente por construir y promover más vivienda, no solo desde el ámbito privado, sino, sobre todo, desde las administraciones públicas, que deben apostar por crear un parque de vivienda social a precios asequibles.

Pese a todo, cabe señalar que la propuesta de Más Madrid tiene pocos visos de prosperar en el Congreso, ya que el resto de formaciones políticas no se han mostrado, hasta ahora, a favor de apoyarla – y parece difícil que lo hagan -, por lo que no contaría con la mayoría necesaria para salir adelante.

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